Inconcebibles
auroras
Han
acunado la química balbuciente
De la
primera célula
Que no
tenía hambre más que de piedra
Despertándose
de la muerte
Las
algas de la mañana
Han
invadido el mar
Este
fácil botín
Se
convierte en pasto para insaciables recién llegados.
Cuando
el instinto se convierte en espíritu
Colmillos,
garras y armaduras
Crecen
en barbarie
Pero
los guerreros gigantes desaparecen
Vencidos
por un David desnudo
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